Internacional.- Por primera vez en la historia, los astrónomos captaron una imagen directa de un filamento cósmico, una estructura de 3 millones de años luz de longitud que conecta dos galaxias en formación activa. Este descubrimiento, publicado en Nature Astronomy, ofrece una visión sin precedentes de la “red cósmica”, el andamiaje invisible que da forma al universo y que hasta ahora solo había sido teorizado. La imagen, obtenida con el instrumento MUSE del Very Large Telescope en Chile, confirma la existencia de estas “autopistas intergalácticas” y su papel fundamental en la evolución de las galaxias.
De acuerdo con el estudio, la red cósmica está compuesta por filamentos de gas y materia oscura que conectan halos galácticos y permiten el flujo de material necesario para la formación estelar. Aunque los astrónomos habían predicho su existencia durante décadas, su detección directa ha sido un desafío debido a la extrema debilidad de su emisión de luz. Gracias a observaciones de cientos de horas en el Campo Ultra Profundo MUSE (MUDF), los investigadores lograron capturar la estructura de alta definición de uno de estos filamentos, validando las predicciones del modelo de materia oscura fría.
La red cósmica: el esqueleto del universo y su conexión con la materia oscura
La materia en el espacio intergaláctico no está distribuida de manera uniforme, sino que forma una intrincada red de filamentos interconectados conocida como la red cósmica. Según SciTech Daily, esta estructura es crucial para la evolución de las galaxias, ya que guía el flujo de gas que alimenta la formación estelar. La materia oscura, que representa aproximadamente 85% de toda la materia del universo, es la responsable de la formación de estos filamentos bajo la influencia de la gravedad.
Sin embargo, observar directamente la materia oscura es imposible, ya que no emite ni absorbe luz. Lo que los científicos han podido detectar es el gas que fluye a lo largo de los filamentos, aunque su emisión es extremadamente tenue. Durante años, la única forma de estudiar este gas había sido a través de su absorción de la luz de objetos distantes y brillantes, pero sin una imagen clara de su distribución. Ahora, la nueva imagen de la red cósmica obtenida con MUSE ofrece la primera evidencia visual directa de estos filamentos y confirma su papel en la evolución del cosmos.
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Un descubrimiento sin precedentes logrado con tecnología de vanguardia
Para obtener esta imagen histórica, los astrónomos utilizaron el Multi Unit Spectroscopic Explorer (MUSE), un espectrógrafo de última generación instalado en el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral en Chile. Según AS, el equipo de investigación, liderado por Davide Tornotti de la Universidad de Milano-Bicocca, llevó a cabo una de las campañas de observación más ambiciosas jamás realizadas con MUSE y acumuló cientos de horas de datos en una sola región del cielo.
El resultado fue la imagen más nítida jamás obtenida de un filamento cósmico, que revelaba detalles sin precedentes de su estructura y composición. En la imagen, el gas difuso dentro del filamento aparece en tonos que van del amarillo al violeta, mientras que las galaxias conectadas por la estructura brillan como puntos amarillos. Esta visualización no solo confirma la existencia de los filamentos, sino que también permite estudiar con precisión el límite entre el gas intergaláctico y la propia red cósmica.
La importancia de esta imagen para la comprensión del universo.
Según Space.com, al capturar la luz tenue emitida por el gas en el filamento, los investigadores lograron caracterizar su forma con gran precisión. Por primera vez, se ha podido rastrear el límite entre el contenido de gas en las galaxias y el material que fluye dentro de la red cósmica mediante mediciones directas.
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Las implicaciones de este hallazgo son varias. Hasta ahora, los astrónomos habían inferido la existencia de la red cósmica a partir de simulaciones de supercomputadoras basadas en el modelo estándar de cosmología (Lambda Cold Dark Matter o LCDM). Ahora, la imagen obtenida por MUSE confirma que estas simulaciones coinciden con la realidad.
Además, este descubrimiento podría ayudar a resolver una de las preguntas más importantes en astronomía: ¿cómo crecen y evolucionan las galaxias? El gas que fluye a lo largo de la red cósmica actúa como el combustible que alimenta la formación estelar en las galaxias. Al estudiar la forma en que este gas se mueve e interactúa con el medio intergaláctico, los científicos podrán comprender mejor los procesos que regulan el crecimiento de las galaxias a lo largo del tiempo.