Ciudad de México.- Una década sin respuestas movilizó ayer a los padres y madres de los 43 normalistas desaparecidos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, con el reclamo de que el presidente Andrés Manuel López Obrador les jugó una farsa, como lo hizo en su momento Enrique Peña Nieto, al simular voluntad política para resolver el caso. Prometieron que, gobierne quien gobierne, la lucha seguirá al saber que ningún color político los ha tomado en serio.
Caminaron también en la Ciudad de México durante cuatro días para reclamar al Jefe del Ejecutivo federal que los traicionó al usarlos en su campaña presidencial con la promesa de resolver el caso, para expresar su rechazo a la “dictadura militar” que instauró, para echarle en cara el bloqueo de información al que los somete, lo mismo que al desprestigio diario en sus conferencias mañaneras, en las que vulnera a otras personas cuyos derechos humanos fueron ultrajados en el curso de este sexenio.
Isidoro Vicario Aguilar, vocero y abogado del movimiento, lanzó: “¡¿Cuántos años más vamos a tener que salir a la calle para buscar la verdad?!”; otros reclamaron en la caminata bajo la lluvia: “¿Cuántas décadas más en pie de lucha?”, utilizando un altavoz; pintas en Paseo de la Reforma, vidrios rotos con tubos, con fuego, cohetones al aire y llanto en memoria de sus hijos jalonaron la marcha.
“Se cumple una década de la desaparición de los 43, una década en que han caminado de arriba a abajo los padres y madres de los 43 y, en este largo caminar, han alzado la voz bajo la lluvia, como el día de hoy, han levantado la voz bajo los rayos del sol y siguen caminando porque aún no tenemos información del paradero de los 43 estudiantes. A una década de los hechos, lejos estamos de
saber.
mientras no se tenga información del paradero de los 43 estudiantes, mientras no se sepa la verdad de lo que ocurrió la noche del 26 de septiembre de hace 10 años, seguiremos caminando y levantando la voz hasta que haya verdad y justicia, gobierne quien gobierne”, prometió Vicario Aguilar.
Los padres y madres fueron arropados por estudiantes de la UNAM, la UAM, la ENAH y la Ibero. Durante su caminar, desde el Ángel de la Independencia hasta la plancha del Zócalo, juraron no dar tregua a los gobiernos hasta que se sepa la verdad de lo que ocurrió la última noche que se supo con vida a sus hijos, y hoy con más fuerza, luego de que el gobierno avaló adscribir la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) otorgándole más poder.
Al movimiento también se unieron organizaciones no gubernamentales antimilitaristas, de apoyo a familiares de desaparecidos, de víctimas de feminicidio y en favor de los derechos humanos, que rodearon y protegieron en todo momento a la comitiva de padres, “pues los une el mismo dolor de este país espinoso”.
Expresaron que el máximo indicador del fracaso de este gobierno, “que se decía humano y de izquierda”, fue anteponer los intereses del Ejército y grupos violentos a la solidaridad con las familias de los 43, que son también un reflejo de todos los desaparecidos en México