Chihuahua, Chih.- El grupo K-9 de la Dirección de Seguridad Pública Municipal de Chihuahua (DSPM) ha logrado dos intervenciones exitosas recientes con el apoyo de los ejemplares Lulú y Vico, cada uno con habilidades especializadas.
Lulú, entrenada en detección de explosivos, realizó una intervención crucial tras un reporte de un asaltante que amenazó con bombas en una tienda departamental. El policía Jorge Alberto Valles, encargado de Lulú, explicó que al recibir la alerta, el equipo acudió al lugar y, tras una búsqueda exhaustiva, Lulú confirmó que no había explosivos, permitiendo reabrir el centro comercial con seguridad.
Vico, un perro de doble propósito, capaz de detectar narcóticos y realizar funciones de guardia y protección, intervino en un incidente ocurrido el 3 de agosto. Tras un robo de vehículo y una persecución, el sospechoso se refugió en una vivienda, amenazando a los policías con un arma blanca. El policía Carlos Meléndez y Vico fueron llamados para resolver la situación. Vico neutralizó al sospechoso de manera efectiva, facilitando su detención por parte de los oficiales.
El jefe de la unidad canina, el policía tercero Edgar Natividad, destaca la habilidad de los canes para percibir la naturaleza de las intervenciones a través de la adrenalina y el entrenamiento previo. Aunque el mejor premio para estos ejemplares suele ser una caricia, su trabajo continúa siendo esencial para la seguridad pública en Chihuahua.
14 canes encargados de la seguridad
La Dirección de Seguridad Pública Municipal de Chihuahua (DSPM) cuenta con un equipo especializado denominado K-9, conformado por 14 perros entrenados para cumplir diversas funciones de seguridad en el municipio. Cada ejemplar del grupo K-9 está capacitado para realizar tareas específicas, desde la detección de explosivos y drogas hasta la búsqueda de personas y funciones de guardia y protección.
El jefe del grupo, el policía tercero Edgar Natividad Moreno, señala que cada uno de los 14 canes tiene características y comportamientos distintos, que van desde los más tranquilos hasta los más agresivos. Esta diversidad de temperamentos permite que los perros sean utilizados de manera óptima según el tipo de intervención requerida.
Cuando se presenta un incidente, se realiza un análisis previo de la situación para determinar el tipo de perro más adecuado para intervenir. Este análisis incluye factores como el estado emocional de la persona involucrada y la posible presencia de armas o sustancias. En casos donde se requiere la intervención del perro, se procede con cautela, siempre buscando primero una solución dialogada con la persona antes de utilizar al canino.
El protocolo de seguridad del grupo K-9 incluye la revisión detallada de las circunstancias para proteger al animal de cualquier peligro. Por ejemplo, en situaciones donde se trata con personas en crisis emocional que pueden intentar autolesionarse, se prefiere resolver la situación a través del diálogo, evitando la necesidad de la intervención canina.
El grupo K-9 de la DSPM representa una herramienta esencial en la estrategia de seguridad del municipio, combinando el adiestramiento canino con un enfoque cuidadoso y especializado en cada intervención.