Brasil.- Por medio de un nuevo estudio llamado “Tiburón cocaína”, científicos dieron a conocer que habían encontrado concentraciones de cocaína en una especie de tiburones conocido como cazones picudos brasileños.
De acuerdo con los científicos, es importante comprender la asimilación de drogas y otros contaminantes en esta especie de tiburones, ya que ofrece información valiosa sobre las evaluaciones de riesgos para la salud humana y la seguridad del consumo de productos del mar.
En estudios pasados ya se había registrado la presencia de cocaína y benzoilecgonina –el principal metabolito de la cocaína– en ecosistemas acuáticos. Sin embargo aún faltan estudios sobre peces silvestres, por lo que científicos brasileños tomaron muestras de tiburones para determinar si encontraban la sustancia ilegal y de ser así, medir los niveles de ésta.
Los resultados arrojaron que todas las muestras dieron positivo para cocaína y el 92% para benzoilecgonina. Las hembras presentaron mayores concentraciones de la droga en los músculos, en comparación con los machos. Además, se correlaciones que indican transporte y metabolización sistémica de la sustancia ilícita.
El consumo mundial de cocaína ha aumentado en las últimas décadas, como ha destacado el Informe Mundial sobre las Drogas de las Naciones Unidas en 2023. Alrededor del 22% de los 22 millones de usuarios estimados de cocaína en todo el mundo, residen en Sudamérica. Brasil es considerado como el segundo mayor mercado consumidor en esta región.
La cocaína se considera como pseudopersistente debido a su continua liberación al ambiente, derivado de las instalaciones inadecuadas de tratamiento de aguas residuales y de refinaciones clandestinas. Los análisis de aguas residuales de 37 países, entre 2011 y 2017, han revelado la presencia consistente de cocaína y de benzoilecgonina en ambientes acuáticos.
Otra fuente de contaminación son los paquetes de cocaína que quedan a la deriva y no son recuperados por los traficantes, ni por las autoridades, de forma que pueden ser mordidos o tragados por peces más grandes, como los tiburones. Tras su consumo, la cocaína se metaboliza y sólo una mínima parte es excretada sin cambios del cuerpo de estos animales, principalmente a través de la orina.
De acuerdo con estudios anteriores, lo niveles ambientales de esa droga son tóxicos para diversos organismos acuáticos, como moluscos, microcrustáceos, crustáceos y peces óseos, entre otros. Científicos han observado que la cocaína causa afectaciones en estos animales, como la reducción de la viabilidad celular y el aumento de la fragmentación del ADN, etcétera.