Estados Unidos.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, continúa inmerso en su operación de control de daños tras el desastroso debate de la semana pasada en Atlanta contra Donald Trump. “No me voy a ninguna parte”, dijo el jueves en la fiesta del 4 de julio, Día de la Independencia, en la Casa Blanca. Este viernes tenía dos citas importantes antes de irse a pasar el fin de semana a su casa de Wilmington (Delaware). Primero, un mitin en Madison (Wisconsin) y luego la grabación de una entrevista que se emitía este viernes en horario de máxima audiencia. En el mitin, ha sido claro: “Me presento y voy a ganar otra vez”, ha dicho. “Sigo en la carrera, voy a derrotar a Trump”, ha añadido.
El mitin de Madison ha sido relativamente discreto, con unos pocos cientos de asistentes, lejos de las concentraciones multitudinarias que suelen acudir a los mítines de Donald Trump, pero también con menos gente que el discurso que dio la semana pasada en Raleigh (Carolina del Norte). Los asistentes repetían el lema de “cuatro años más”. Ha sido un acto falto de ritmo, con vacíos entre los discursos y retrasos hasta que ha llegado el presidente.
Cuando Biden ha aparecido en escena, ha ido a saludar a algunos de los asistentes, tratando de mostrar una espontaneidad que se nota algo fingida. Luego, ha leído su discurso en el teleprompter, las pantallas con el texto, una ayuda que se ha demostrado clave últimamente para que el presidente hile su discurso. Se ha mostrado enérgico y al ataque, aunque es difícil que eso baste para combatir la impresión instalada en el electorado de que es demasiado mayor para optar a un segundo mandato.
El presidente ha repetido algunos de sus ataques contra Trump: le ha llamado “delincuente convicto”, con un añadido: “Es una ola de crímenes de un solo hombre”. Ha repetido lo de que tiene la catadura moral de un gato callejero y ha insistido en que supone una amenaza para la democracia. Le ha afeado su papel en el asalto al Capitolio de enero de 2021: “No puedes ser proinsurrecionista y proamericano al mismo tiempo; no puedes querer a tu país solo cuando ganas”, le ha dicho a su oponente. También ha criticado la destrucción de empleo (debida en realidad a la pandemia) durante la presidencia de su antecesor.
Pero el objetivo de Biden, más allá de atacar a Trump, era demostrar que él está en forma. Quizá por eso ha dado un discurso algo más largo de lo que acostumbra en los mítines. Y ha insistido una y otra vez en los resultados de su gestión y en que se presentará a las elecciones. “Cuando te derriban, te levantas. No voy a dejar que un debate de 90 minutos eche por tierra tres años y medio de trabajo”, ha repetido.
El presidente ha bromeado con su edad (“aparento 40″, ha dicho), pero también la ha abordado en serio. “[Tras el debate], ha habido mucha especulación: ‘¿Qué vas a hacer? ¿Vas a seguir en la carrera? ¿Vas a abandonar? ¿Qué vas a hacer?’ Bueno, esta es mi respuesta. Me presento y voy a volver a ganar”, ha dicho.
Con información de Excelsior