Internacional.- Una reciente investigación acusa a Apple de destruir productos potencialmente reutilizables sin razón aparente, además de que casi 100,000 de estos dispositivos fueron robados de la compañía encargada de triturarlos. Este suceso pone en tela de juicio la campaña ecologista que la empresa de Cupertino lleva impulsando desde hace unos años.
Si Apple dice en su página web estar maximizando los materiales que recuperan de sus «productos reciclados«, ¿por qué su operación es tan deficiente? ¿por qué mandan a triturar productos en buen estado? ¿dónde están los 100,000 dispositivos perdidos?
De acuerdo con un artículo de Bloomberg, GEEP es una empresa canadiense encargada de triturar material electrónico, que trabaja tanto para organizaciones gubernamentales como privadas. Dentro de GEEP, se encuentra una cámara especialmente diseñada para la compañía mejor valuada del planeta, a la cual llaman «jaula de Apple«.
Los sistemas de seguridad aparentan ser muy estrictos, a tal grado que los supervisores están todo el tiempo presionados por no romper alguna de las reglas contractuales impuestas por Apple. Sin embargo, de poco más de 530,000 dispositivos enviados por la compañía de la manzana (incluidos iPad, iPhone y Apple Watch), 99,975 de ellos no fueron «reciclados». Conforme a lo contado por los empleados de GEEP:
«Apple era un cliente extremadamente importante y tan riguroso en cuanto a seguridad como los clientes gubernamentales de GEEP, imponiendo procedimientos sobre cómo se almacenaba y supervisaba su desecho».
Eso les valió ser acusados y demandados por 31 millones de dólares canadienses (385 millones de pesos con el tipo de cambio actual) por parte de Apple. Se sugiere en la nota de Bloomberg que parte de estos productos habrían sido reactivados por usuarios en China. Sin embargo, la demanda parece estar exponiendo también contradicciones con la agenda ambientalista de Apple.
Metas imposibles y un posible falso intento de ecología
Si nos adentramos en la página de Apple destinada a sus informes ambientales, encontraremos un ciclo que busca optimizar el desarrollo de productos para crear un sistema sustentable. Además, podemos leer que quieren reciclar casi 40,000 toneladas métricas de material electrónico para 2030 y hacen gala de uno de sus robots de desmontaje, llamado Daisy.
Si hacemos las cuentas, eso significa que la compañía vende más de 26,700 smartphones por hora y que Daisy desmonta solo un 0.7% de la cantidad total de ventas por hora de iPhone. Al verse sobrepasados por la cantidad de desecho que se genera de iPad, iPhone y Apple Watch, la compañía de Cupertino se ve obligada a recurrir a terceros para completar el desmontaje y desecho de sus productos. Aunque eso conlleva una pérdida significativa de material potencialmente reutilizable.
Todo apunta a que Apple tira a la basura montones de productos altamente funcionales y en buenas condiciones, sin una razón aparente. Entre las especulaciones está que no quieren saturar el mercado con dispositivos reacondicionados para que eso no afecte la venta de modelos nuevos.
Greenwashing y demandas
Este suceso se suma a una denuncia dentro de la Unión Europea en contra de Apple ocurrida durante 2023 y reportada por Financial Times, en la cual se acusaba a la empresa de publicidad engañosa, pues vendían Apple Watch como productos que no dejaban huella ecológica en su fabricación. El término utilizado para acusar a Apple en ese momento fue el de greenwashing, que se podría traducir como «falsa ecología».
Sea como fuere, Apple lleva una mala racha. Recordemos que hace solo unas semanas fue demandada por el gobierno estadounidense, pues se le sentenció como una empresa que abusaba de sus clientes. Algo inaudito, pues es la empresa mejor valuada en el mundo y es de origen estadounidense. El tiempo nos revelará si de verdad Apple logra sus metas ecológicas para 2030 o si solo una más de sus estrategias de marketing.