México.- ¿Alguna vez has visto salidas USB pegadas en las paredes? Sea cual sea tu respuesta, seguramente te preguntarás por qué alguien colocaría una memoria en las calles y la respuesta tiene sus matices. Hace 14 años, un artista alemán inició un proyecto un tanto inusual: fijar unas cuantas USB en los muros de su localidad.
Actualmente hay más de 2,500 de ellas alrededor del mundo y son conocidas como ‘Dead Drops’. Aquí te contamos la fascinante historia de este proyecto, que inició como parte de una «resistencia» contra los servicio en la nube.
Actualmente, los servicios de almacenamiento en la nube son una cosa extremadamente común. Guardamos archivos de todo tipo en Google Drive, las compañías de videojuegos ofrecen dichos servicios para guardar partidas, y se transmite contenido multimedia desde sus sistemas.
Pero en 2010 la nube estaba dando sus primeros pasos y como todo tipo de tecnologías, tenía sus detractores. Aquí es donde comienza el proyecto ‘Dead Drops’, nombre que se tomó de las raíces del mundo de la inteligencia y contrainteligencia, donde es común utilizar métodos de intercambio de información clandestina para evitar ser rastreados.
De esa manera, el fin del proyecto era que todos pudieran tener acceso gratuito a memorias USB escondidas en las calles de Alemania, inicialmente. En la actualidad, ‘Dead Drops’ está presente prácticamente en todo el mundo, con sus más de 2,500 memorias repartidas, concentrándose principalmente en Europa.
‘Dead Drops’ en México
En México se contabilizan aproximadamente 40 ‘Dead Drops’, repartidas principalmente por el centro del país, con nueve de ellas en Ciudad de México, siete en Querétaro y Ciudad Juárez, tres en Monterrey, Tijuana y Guadalajara. El resto está repartido en otras ciudades de la república, como en León o Puebla. Puedes acceder al mapa del proyecto desde su página oficial.
En Ciudad de México se concentran en el centro de la capital y un par cerca de Ciudad Universitaria. Las de Monterrey también se encuentran en el centro de la ciudad y la mayoría de Ciudad Juárez están en el borde entre México y Estados Unidos, (una dinámica interesante y sospechosa si me lo preguntan).
Sin embargo, los muros no son el único medio para compartir ‘Dead Drops’. En reddit pueden encontrarse testimonios de personas que han encontrado memorias en, por ejemplo, libros. Pese a todo, también hay quienes advierten que este tipo de prácticas pueden estar malintencionadas, mencionando que «es común que dejen memorias tiradas afuera de empresas para ver si llaman la atención de algún empleado y robar credenciales«.
Todo proyecto tiene matices
Claro que este proyecto no se ha salvado de críticas, pues al final estás expuesto a lo que sea que alguien haya colocado en el dispositivo. Si bien el proyecto tiene un objetivo de comuna, para compartir información de una manera distinta a la usual, no faltan las personas con intenciones negativas.
Entre las principales preocupaciones al momento de conectarse a un ‘Dead Drop’ está el de la contaminación por malware. Una de las recomendaciones más básicas sería no conectar a estas memorias nuestra computadora o dispositivo principal, mucho menos uno con información importante ya que podrían robar tu información.
En cualquier caso, el proyecto inició con buenas intenciones. Después de todo, no es para nada imposible que te rastreen o roben la información si solo utilizas los servicio de la nube. Sin embargo, actualmente hay muchas compañías que ofrecen sistemas de seguridad y protección para mejorar la confianza en el sistema.
A eso se le suma que los servicios de almacenamiento en línea ya no son tan caros como lo eran antes, y la velocidad de descarga y subida ha incrementado notablemente desde 2010. En la actualidad podemos jugar videojuegos en tiempo real proyectados desde la nube, ver películas sin interrupciones y tener videoconferencias en una excelente calidad. Así que algo hemos avanzado.