Redes.- En 2008 un Steve Jobs aún pletórico presentaba «la computadora portátil más delgada del mundo». Tras comparar su creación frente a otros modelos «gorditos» y presumir del perfil de su diseño, lo demostraba: sacaba el MacBook Air de un sobre de correos y nos dejaba a todos boquiabiertos.
Aquella primera iteración era cara y limitada en prestaciones, pero lo que marcó un antes y un después fue su diseño en formato cuña. La parte posterior del equipo, la más cercana a la pantalla, era más gruesa que la parte final donde apoyamos las manos para teclear o manejar el trackpad.
Dieciséis años después, Apple ha matado ese diseño. Los MacBook Air M1 de 2021 fueron los últimos en mantener ese formato de cuña tan característico de estos equipos, pero Apple los ha descontinuado tras el lanzamiento de los nuevos MacBook Air M3 de 13 y 15 pulgadas.
Las cosas empezaron a cambiar con los MacBook Air M2 de 2022, que estrenaron diseño y abandonaron por primera vez el formato cuña. En lugar de eso Apple apostaba por unas líneas prácticamente idénticas a las de los MacBook Pro, con un perfil totalmente uniforme y que simplemente era más delgado que el de sus hermanos mayores.
Estos modelos no solo se deshacían de la reconocible cuña, sino que introducían la muesca o ‘notch’ de los iPhone —antes de la nueva isla dinámica—, y lo hacían además de forma artificial.
En los iPhone esa muesca tenía sentido por la presencia del sensor de FaceID. En los MacBook Air el notch solo contenía la webcam, que bien se podría haber colocado en un marco superior algo más grueso y sin esa estridencia.
Pero aquí Apple simplemente decidió que quería cambiar una seña de identidad —el formato cuña— por otro —el notch—. Por el camino hubo malas noticias y también alguna buena noticia, como la vuelta del puerto MagSafe que nunca debió irse, pero el cambio fue sin duda significativo para un formato que ha marcado una época.
De hecho acabó convirtiéndose en un clásico y muchos fabricantes lo copiaron. En el CES de 2012, por ejemplo, se pudo ver cómo portátiles de Asus, LG, Samsung lo hacían, y desde luego también lo hicieron otros fabricantes como Dell, que en sus XPS adoptó ese mismo formato cuña.
Y lo hicieron a pesar de que Apple logró que le concedieran la patente del diseño en cuña de sus equipos. Aquello planteaba sin duda un pequeño reto para integrar las baterías, complicaba el diseño y la fabricación y era probablemente algo menos eficiente.
Y para los de Cupertino simplificar, ahorrar en costes y aumentar el margen de beneficio suele ser argumento de peso. Es probable que ese haya sido uno de los motivos de realizar el cambio: la compañía tiene ahora más fácil colocarlas en el nuevo diseño de los MacBook Air.
Puede que el cambio no parezca especialmente significativo, pero quienes apreciamos aquel diseño original —yo compré un MacBook Air de 2010 y otro de 2012— lo echaremos de menos.