Estados Unidos.- Dependiendo de qué tan a futuro pensemos acerca de algo, podemos dar rienda suelta a nuestra imaginación. Pensar en cómo será nuestra colonia en unos cinco años puede resultar ya de por sí complicado en algunas ocasiones, intenta pensar en cómo será dentro de 100 años, ¿y dentro de 1,000? Esa es una de las preguntas que Jonathon Keats intenta plantear con el proyecto Millennium Camera, o «Cámara del Milenio».
Situada en Tumamoc Hill, la Millennium Camera tiene como objetivo tomar una fotografía de larga exposición del desierto de Arizona, ¿qué tanto tiempo? Tanto como 1,000 años. El impulso filosófico detrás del proyecto es motivar a la imaginación y moldear un mejor futuro. Así lo menciona Keats:
«La mayoría de la gente tiene una visión bastante sombría de lo que nos espera. Es fácil imaginar que dentro de 1,000 años la gente podría ver una versión de Tucson mucho peor que la actual, pero el hecho de que podamos imaginarlo no es malo. En realidad es algo bueno, porque si podemos imaginarlo, entonces también podemos imaginar qué otras cosas podrían suceder, y por lo tanto podría motivarnos a tomar medidas para dar forma a nuestro futuro».
Técnicas antiguas para fotos del futuro
Para capturar tal imagen, Keats utiliza una técnica conocida como cámara estenopeica, similar al de la que se considera la primera fotografía. Se han encontrado descripciones de este proceso en fuentes que datan desde el siglo V a.C.. El método es sencillo, se utiliza un pequeño agujero llamado estenopo, que permite que la luz entre en una cámara y de forma a una imagen sobre algún material fotosensible, una lámina de oro en el caso de Keats. Además, al no tener lente, no hay un punto particular de enfoque y todo en el campo de visión está, teóricamente, enfocado.
Para la Millennium Camera, la cámara estenopeica es la técnica perfecta, pues el agujero permite una exposición controlada y prolongada. Esto facilita la captura de cambios en el paisaje, pues la luz filtrada a través del estenopo «pinta» de manera gradual sobre la superficie fotosensible a lo largo del tiempo.
Esta cámara se erige sobre un poste de acero que apunta hacia el vecindario Star Pass de Tucson, Arizona. Se espera que al pasar de los años, la luz desvanezca el pigmento de la lámina de oro en diferentes grados, con las montañas como constante en el paisaje y tornando transparentes objetos que varíen con el tiempo.
A pesar de sus interesantes objetivos, el proyecto no se salvará de enfrentar desafíos. El primero de ellos son los desastres naturales, seguido de la supervivencia de la cámara la cual puede ser robada, destruida o hasta olvidada con el paso del tiempo. Aun con ello, Keats espera que, incluso en el presente, la cámara invite a los excursionistas a contemplar el valle y hacerlos reflexionar sobre cómo será el paisaje (y el mundo) en el año 3024.
Comunicarse con el futuro
Keats busca llevar la Millennium Camera a otras locaciones, como Griffith Park en Los Angeles, los Alpes en Austria o en Chongqing en China. Esto con el fin de ampliar su perspectiva a lo largo del tiempo y el espacio, y así conectar diversas comunidades bajo un mismo objetivo y potenciar la imaginación de quienes se interesen por el proyecto.
Además, Keats espera que esta sea una «forma de comunicación» entre las distintas generaciones que participen en el ejercicio, poniendo como ejemplo el arte rupestre que se encuentra en la misma localidad de la cámara.
«Los petroglifos de Tumamoc Hill, por ejemplo, son un registro de personas que observan con atención su entorno y dejan una huella de lo que han visto. Es una forma de comunicación entre generaciones. Con el mismo espíritu, la Millennium Camera ofrece una forma de observar e interactuar».
Si de algo no podemos dudar, es que a pesar de ser un experimento artístico, es también una invitación para contemplar el tiempo, lo fugaz que es la vida humana y la capacidad de nuestra sociedad para dar distintas formas no solo al paisaje, sino al futuro como tal.