Redes.- ¿Eres de esas personas que cuando se le acaba el sabor al chicle lo pega abajo de las mesas o lo tira en la calle? Por ese motivo un país prohibió la importación, fabricación y venta de chicle.
Hartos de las malas conductas de sus ciudadanos, el gobierno de Singapur dictó una ley para prohibir esta golosina, ya que sus consumidores pegaban la goma de mascar en puertas y paredes, perjudicando el funcionamiento de los metros, trenes y elevadores.
De acuerdo con las autoridades, en dos ocasiones los chicles usados y pegados a las puertas del metro impidieron el cierre de éstas, lo que activó el mecanismo de seguridad, frenó el tren durante horas y motivó la evacuación de todos los pasajeros.
Aunque bien pudiera ser una noticia actual, esta ley entró en vigor en 1992 y desde entonces los habitantes en Singapur tienen prohibido mascar chicle.
Los turistas tienen la obligación de declarar la cantidad de gomas de mascar que lleven consigo, y, si son consideradas excesivas, les son confiscadas. La ley no aplica para goma de mascar dental o de nicotina.
Las multas van desde los más de medio millón de pesetas si es la primera vez, o de un millón para los reincidentes, con la posibilidad de ser condenados a dos años de cárcel. La prohibición de mascar o comprar chicle sigue siendo uno de los aspectos más conocidos de la vida en Singapur.
La prohibición del chicle fue parte de las políticas implementadas bajo el primer primer ministro del país, Lee Kuan Yew, quien llegó al poder en 1965, de acuerdo con la BBC.
En la década de 1980, simplemente prohibió los anuncios de productos de goma de mascar, pero los problemas de vandalismo y basura persistieron.
Finalmente, prohibió mascar chicle, noticia que atrajo la atención de los medios internacionales, junto a leyes contra la basura, los graffiti, cruzar la calle imprudentemente, escupir, expulsar “mucosidad de la nariz” y orinar en cualquier lugar menos en un baño.
El objetivo de Yew era hacer de Singapur uno de los países más limpios y eficientes del mundo. En 2004, la prohibición del chicle se modificó como parte del Acuerdo de Libre Comercio entre Estados Unidos y Singapur para permitir chicles con “valor terapéutico”, incluidos los chicles de nicotina y los chicles sin azúcar. Sin embargo, las multas por desechar chicles gastados siguen vigentes.
Cabe destacar que, este no es el único país con prohibiciones raras, por ejemplo, el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, puso en marcha la prohibición de los kebabs para preservar las tradiciones de la ciudad. “El problema es que con una ciudad turística como la nuestra, se corre el riesgo de que pierda su identidad.
Hay productos locales que debemos tratar de promover, esto sería mejor para el espíritu de la ciudad y, a nivel ambiental, sería más sostenible”, dijo a The Guardian Paola Mar, jefa de turismo de Venecia.
Las semillas de amapola también están prohibidas en Singapur y Taiwán debido a su contenido de morfina y al riesgo de que se vendan semillas viables para cultivar amapolas de opio.
En Singapur, las semillas de amapola están clasificadas como “mercancías prohibidas” por la Oficina Central de Narcóticos (CNB) .
También están prohibidas en Arabia Saudita por razones tanto religiosas como de control de drogas, mientras que en Rusia, el cultivo de amapola es ilegal, pero su venta no lo es. En los Emiratos Árabes Unidos existe una prohibición total.
Mientras tanto, el amor por los caballos en EUA llevó a que la carne de estos animales sea estrictamente prohibida. Se impuso una prohibición en 2007 y posteriormente se revocó en 2011.
Sin embargo, estados como California, Nueva York , Nueva Jersey, Florida y Oklahoma continúan imponiendo una prohibición tanto a la compra como a la venta.
Con información de Animal Gourmet.