Ciudad Juárez, Chih.- Cuando el Gobierno de Chihuahua difundió las fichas con datos personales de los reos fugados del penal de Ciudad Juárez, la de Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz, El Neto, despertó especial interés.
“¿Por qué usa un parche sobre el ojo derecho?” fue una de las preguntas más frecuentes respecto a su fotografía, la cual pudo haber sido tomada en 2017.
La versión más difundida, sustentada en reportes periodísticos, apunta que todo se debió a un “descuido” en medio de un operativo de Los Mexicles, su propio grupo criminal.
Todo se remonta a diciembre de 2010. Para esa época, El Neto ya había sido detenido y se había convertido en uno de los líderes secuestradores más temidos de Chihuahua debido a la presencia de su banda delictiva en Ciudad Juárez.
El día 6 de aquel mes, Piñón de la Cruz era trasladado en una camioneta penitenciaria desde un juzgado hacia el Centro de Reinserción Social (Cereso) No. 3. Había abandonado su celda en prisión para una audiencia judicial.
En el trayecto hacia el centro penitenciario, poco antes de las ocho de la noche, el convoy de seguridad fue interceptado por al menos dos vehículos con sujetos armados. Eran miembros de Los Mexicles.
Sobre la carretera a Casas Grandes, el comando armado comenzó a disparar hacia el vehículo tipo Van en el que viajaba El Neto. Además de los proyectiles, utilizaron granadas para tratar de impedir su regreso a la cárcel.
“Los atacantes llegaron en dos vehículos, desde donde empezaron a disparar a las unidades de traslado de la Policía Procesal que en ese momento se encontraban en la glorieta del kilómetro 20 del distribuidor vial Benito Juárez, el cual se localiza al sur de la ciudad”, especificó Arturo Sandoval, vocero de la Fiscalía General del Estado en aquel entonces.
Cuando inició el ataque, pasaba por el lugar un vehículo de la Policía Ministerial. Al ver el peligro al que se enfrentaban los oficiales penitenciarios, decidieron apoyarlos para repeler los tiros.
El grupo de sicarios no tenía contemplada la participación de los ministeriales y el fuego interrumpió su operación. En el intercambio de balas, El Neto recibió un disparo en el ojo. Al perder la vista casi de inmediato, no logró concretar su escape y fue resguardado por las autoridades.
Notas periodísticas de aquel entonces mostraron al líder criminal postrado en una camilla con una venda en la cabeza cubriendo su ojo derecho y manchas de sangre en el pecho.
Aunque el cabecilla de la banda criminal no consiguió huir, no todo fue trágico para su organización. Ese día, en el mismo vehículo, viajaba su amigo y principal subalterno César Vega Muñoz, El Chilín.
Vega Muñoz, en comparación con su jefe, sí pudo aprovechar el pánico y la confusión del momento para escabullirse. Burló a los agentes y, ante la persecución que emprendió la Fiscalía en su contra en las semanas siguientes, se fue a Estados Unidos.
Estuvo en ese país hasta septiembre de 2014, cuando la Oficina de Detención y Deportación de EEUU lo entregó al gobierno de Chihuahua. Había sido detenido en un restaurante de El Paso, Texas, en diciembre de 2011.
Otra versión de la historia sugiera que El Neto y El Chilín sobornaron a los custodios y, tranquilamente, se les permitió salir del vehículo aún con su uniforme del Cereso.
Durante un patrullaje de vigilancia, policías ministeriales los vieron y, luego de que los criminales ignoraron su petición para detenerse, abrieron fuego. Según esta reconstrucción de los hechos, habría sido en ese momento que El Neto fue herido en el ojo, mientras que El Chilín consiguió escapar.
Casi 13 años después, ambos líderes criminales están muertos. Los dos perdieron la vida en diferentes intentos por evadir a la justicia. El Chilín falleció durante el ataque que derivó en la fuga de los 30 reos del Cereso No. 3, mientras que El Neto resultó herido de muerte en un enfrentamiento con la policía cuatro días después de su escape.