Estados Unidos.- Al día de hoy, Selena Quintanilla Pérez, o simplemente Selena, tendría 51 años. Quién sabe dónde habría llegado su carrera musical, si se habría casado, cuantos hijos habría tenido, cuántos conciertos podría haber ofrecido. Pero eso siempre será una incógnita. La vida de la considerada como reina del Tex-Mex fue tan trágica como fugaz, aunque no por ello con menos repercusión de su talento artístico. Nació en Texas un 16 de abril de 1971 y en la misma zona de Estados Unidos le asesinaron un día como hoy de 1995, hace 27 años. Inmortal quedó su legado musical, primordial aún hoy en el imaginario cultural y en los géneros que conquistó Selena: desde el Tex-Mex hasta la balada, pasando por la ranchera, el pop latino o la cumbia mexicana.
Selena unió culturas, era nexo de unión entre los Estados Unidos y México, así como su éxito desde tan joven le hicieron una figura aún más valorada: ganó dos premios Grammy, así como 14 galardones Billboard Latin Music. No obstante, la fama y la locura ajena le prohibieron seguir viviendo su vida, pues fue asesinada en su mejor momento vital y profesional. La responsable de aquella tragedia fue Yolanda Saldívar, de entonces 32 años, quien además de administrar una de las boutiques que eran propiedad de Selena, era su persona de confianza y la presienta de su club de fans. Una relación de admiración y amistad, que en lugar de apoyo lo que produjo fue traición.
Todo comenzó a complicarse cuando Saldívar fue nombrada gerente de Selena Etc., la cadena de boutiques en Texas donde la artista vendía ropa y joyas. La presidenta del club de fans comenzó a aprovecharse de la fortuna de Selena, malversando fondos del negocio y robando dinero. Esto, se unió a la dura personalidad de Saldívar, a quien los empleados de las boutiques definían como “hipócrita e inestable”: “Le dije a Selena que le tenía miedo a Yolanda. Ella no me dejaba hablar más con Selena, era muy posesiva”, explicó un diseñador de la línea de moda de la cantante.
Si bien Selena no tomó ninguna medida, sí lo hizo su padre por ella, Abraham Quintanilla Jr., quien prohibió todo contacto entre ambas, así como advirtió a su hija de que Saldívar era peligrosa. Y no le faltaba razón: el 31 de marzo de 1995, ambas se encontraron en un motel cerca del aeropuerto internacional de Corpus Christi, en Texas. Selena asistió a la cita con Chris Pérez, a la espera de que Saldívar le entregase unos documentos. Ante la negativa de la gerente de darle los archivos, ambas comenzaron a discutir de manera acalorada, hasta el punto de que Saldívar sacó una pistola y disparó a la cantante en el hombro derecho.
“No puedo creer que haya matado a mi mejor amiga”, dijo Saldívar cuando llegó la policía, mientras se apuntaba con el arma a sí misma. Selena, que tras el disparo fue capaz de llegar al vestíbulo del motel y decir el nombre de Saldívar antes de quedarse inconsciente, ingresó en el Memorial Medical Center en estado de muerte cerebral, y no sobrevivió. Tenía 24 años. Tiempo después, la que era su mayor fan y a la vez su asesina, fue sentenciada a cadena perpetua, y desde entonces permanece en la prisión Unidad de Mountain View de Gatesville, en Texas.
La conmoción del accidente que acabó con la vida de la reina del Tex-Mex no solo se difundió entre sus seguidores y familia, sino a nivel internacional. Unas 50.000 personas asistieron a despedirse de ella, así como George Bush, entonces gobernador de Texas, declaró el 16 de abril, cumpleaños de la cantante, como el Día de Selena en dicho estado. Una jornada que continúa siendo celebrada por sus fans de manera informal. “Era la reina de la música tejana. Fue algo así como cuando John Lennon murió”, dijo María Aguirre, presentadora de televisión que vivió desde su profesión el “shock” del asesinato.