Chihuahua, Chih.- Niños y adolescentes que consumen bebidas energéticas pueden enfrentar riesgos graves para su salud. Entre los efectos más comunes se encuentran problemas del corazón, como incremento del ritmo cardíaco y de la presión arterial, así como trastornos del sueño, incluyendo insomnio, y síntomas de ansiedad.
Además, pueden presentarse efectos mentales perjudiciales, como estrés, depresión y pensamientos suicidas. Cuando estas bebidas se combinan con alcohol, el riesgo de intoxicación aumenta, ya que el alcohol potencia sus efectos. También se observan comportamientos intransigentes y agresivos, que pueden llegar a extremos de violencia y provocar lesiones.
El consumo de bebidas energéticas mezcladas con alcohol se ha popularizado entre los adolescentes. Estudiantes de bachillerato comentan haber visto a amigos experimentar taquicardia o actitudes agresivas al consumir esta combinación, que a menudo se ofrece en fiestas o reuniones dentro de un garrafón.
En conclusión, la mezcla de alcohol con bebidas energéticas representa un riesgo para la salud de cualquier persona, siendo especialmente peligrosa en niños y adolescentes.
			

