Yuriria, Gto.- A unas horas de la capital del estado en Guanajuato, se detectó un presunto campo de reclutamiento y adiestramiento del Cártel de Santa Rosa de Lima, el cual ya fue asegurado por autoridades estatales en enero.
Dicho campo se ubica en el poblado de Buenavista, perteneciente al municipio de Yuriria, en una zona de alta marginación, donde abundan los caminos de terracería y las casas abandonadas.
El campo se divide en dos partes. La primera, en una casa ubicada a pie de la avenida principal, la cual consta de dos recámaras, una sala, baño y patio. Allí, parte de los reclutados pernoctaban.
La otra parte está a 600 metros de un plantel de telesecundaria y a 300 de un kinder. Para llegar, hay que tomar un camino de terracería y cruzar varias casas abandonadas.
La vivienda de portón negro luce abandonada y con candado como única medida de protección en la entrada.
El inmueble de fachada rosa luce asegurado por la Fiscalía General del Estado, sin otra medida de seguridad más que unos sellos pegados en la puerta principal.
En el predio hay una vivienda, con manchas hemáticas en el suelo de una de las recámaras, cristales rotos por impactos de bala, así como ropa y otros objetos abandonados por quienes habitaban el lugar.
Fue en enero del presente año cuando fue asegurado el lugar, tras un enfrentamiento que dejó como saldo a diez personas sin vida. A partir de entonces, la situación en la zona se volvió insegura, donde el miedo invadió a los pocos habitantes que aún radican.
A partir de entonces, la situación en la zona se volvió insegura, donde el miedo invadió a los pocos habitantes que aún radican y se niegan a huir.
«Tenemos miedo por las noches», dice un señor de avanzada edad, cuya vivienda se ubica a un costado del primer punto del centro de adiestramiento. A decir del vecino del lugar, todavía por la noche se detecta la presencia de hombres armados merodeando por la zona.
«No, pues ahorita cómo les digo, está complicada la cosa ahorita… Por ahí, yo para qué les voy a decir, yo no los he visto pero se viene por ahí (diciendo) que hay personas (armadas) que por ahí andan”, comenta un vecino de la zona.
Se trata de un adulto mayor, de aproximadamente 65 años, quien comparte que su día lo pasa en su trabajo, del que no revela detalles, y en la parroquia donde acude a todos los días a rezar.
Reconoce que, desde hace tiempo, no es recomendable salir por las noches porque es cuando deambulan los hombres armados.
«Tenemos miedo por las noches», admite y más por el simple hecho de que su vivienda se ubica a un costado del primer punto del centro de adiestramiento. ¿Ya no se puede estar tranquilo?, se le cuestiona a otro hombre que va abriéndose paso montando un burro. «No, señor”, responde.
Recordó que fue desde el mes de septiembre cuando la violencia se agudizó con enfrentamientos que duraron toda la noche y alcanzaron su punto máximo en enero, cuando se detectó este centro de adiestramiento del Cártel de Santa Rosa de Lima.
«La primera (balacera) fue como en septiembre (del año pasado), se originaron los problemas… Esa sí fue desquitera, hartos balazos que tiraron porque empezó como a las 11 (de la noche) y hasta las seis de la mañana», dijo.
Al igual que su vecino, reconoce que la violencia ha permeado entre la población de Yuriria, que opta por irse y dejar abandonadas sus viviendas y huertas, quedando a merced del crimen organizado.