México.- El auge de parques fotovoltaicos para la producción de electricidad “verde” pone en ruta de la desaparición al pulque, tlachiqueros, chinicuiles, serpientes, tlacuaches y otros animales en Santa Mónica, una comunidad enclavada en el Altiplano de Hidalgo.
“(El arribo de los parques solares) es un tiro de gracia para nosotros los productores de pulque, porque ¿qué vamos hacer con los paneles solares?”, manifesta Víctor Manuel Otamendi, productor de aguamiel y pulque en la comunidad perteneciente al municipio de Epazoyucan, Hidalgo.
Declara que la producción del pulque está en riesgo de perderse en Santa Mónica y otras comunidades, donde el 70 por ciento de la población vive del maguey.
Afirma que en pocos meses Hidalgo dejará de ser el mayor productor de magueyes para pulque, debido a la industria eléctrica, que avanza a pasos rápidos en comunidades de Singuilucan, Epazoyucan y Zempoala.
Señala que habrá una contaminación visual porque solo se verán los paneles solares de un parque fotovoltaico de 458 hectáreas, en lugar de un campo con magueyes.
El productor explica que son miles de magueyes a los que les están quitando sus pencas, que serán aprovechadas para la barbacoa, pero ya no darán un solo litro de aguamiel.
En promedio en una hectárea caben más de 5 mil magueyes, que son usados para la producción de aguamiel, y además dan escamoles y chinicuiles, y las pencas pueden ser usadas para barbacoa y cuando están secas son una fuente de energía para los fogones.
“Ya tuvimos una reunión con los representantes del parque fotovoltaico, quienes nos comentan que son energía limpia, no afectarán al medio ambiente, no habrá impacto ambiental ni radiación. Pero ellos no muestran algún documento o estudio de que no harán daño a la flora y fauna, de que no les harán daño”, afirma Víctor Manuel Otamendi.
La instalación de parques fotovoltaicos no traerá beneficios al Altiplano Pulquero, pero sí ponen aún más en peligro de extinción al maguey y al oficio de tlachiquero, manifiesta Brisa Fernanda Arangutia Flores, promotora del pulque y el maguey, tlachiquera y habitante de Santa Mónica.
El tlachiquero es un oficio único de México, surgió cuando aún era Mesoamérica, es ancestral y se aprende de generación en generación, es decir “te lo enseña tú abuelo o abuela”, expresa la productora de la bebida.
Agrega que las empresas, que tienen ya contratos con los comuneros para la instalación de las granjas solares, ponen en peligro de extinción al oficio y a la planta.
Actualmente, la zona del Altiplano Pulquero, que está integrado por municipios hidalguenses de Apan, Tepeapulco, Epazoyucan, Zempoala y Singuilucan, tiene el mayor número de plantas de maguey y tlachiqueros.
Las comunidades de Santa Mónica, Escobilla y Jalapilla son las más afectadas por la instalación de las granjas solares de la empresa alemana Baywa y la firma estadounidense Kenergy, añade.
En Singuilucan, Epazoyucan y Zempoala aún trabajan como tlachiqueros más de 200 personas, quienes sacan el aguamiel a los tinacales donde se fermenta para hacer pulque y posteriormente lo distribuyen en el Valle de México, apunta.
“Sin maguey y sin plantas ya no habrá oficio de tlachiquero ni pulque para la Ciudad de México y el Estado de México y se acabaría una cultura de historia y traducción de las pulquerías, pulcatas, toreos y cualquier establecimiento donde lo vendan”, detalla.
“Se acaba el pulque, nuestra bebida más viva que el tequila”, declara Brisa Fernanda Flores.
Dice que en Malpaís, una comunidad de Calpulalpan en Tlaxcala, ya se viven los efectos por la instalación de un parque fotovoltaico desde hace 4 años: “Ellos son testimonio vivo de que no ven crecer ni el pasto y hay cercados electrificados a los panales solares para que no se acerquen las aves y ratones”.
Añade que esa comunidad de Tlaxcala tenía una alta tradición pulquera y centros ceremoniales, pero “ya se acabó la industria pulquera con la llegada de los parque fotovoltaicos”.
Menciona que el maguey genera tres veces más oxígeno que un árbol, absorbe más dióxido de carbono, ayuda a disminuir el calentamiento global, e incluso atrae la nubosidad que provoca la lluvia.