Pakistán.- Un individuo acusado de quemar el Corán murió a última hora del pasado jueves en el noroeste de Pakistán, linchado por una turba que lo sacó por la fuerza de la comisaría donde estaba resguardado, en un asalto multitudinario que dejó a ocho agentes heridos.
Los linchamientos por blasfemia no son inusuales en Pakistán, un país donde este delito está castigado con la muerte desde 1986, por decreto del entonces presidente del país, el general ultraconservador Zia ul Haq, impulsor de un gran proceso de desecularización nacional.
Estos casos suelen ser impulsados mayormente por rumores y ejecutados por multitudes guiadas por líderes integristas locales, y rara vez llegan a los tribunales, salvo excepciones notables como la ocurrida en 2021, cuando la víctima fue un ciudadano de Sri Lanka.
El incidente de la noche pasada tuvo lugar en el municipio de Madyan, en la volátil provincia de Jíber Patjunjua, frontera con Afganistán y escenario habitual de operaciones de grupos como los talibanes paquistaníes. La turba que perseguía al individuo rodeó la comisaría donde se encontraba. Después de lanzar varias bombas incendiarias a la instalación policial, los agresores sacaron al individuo y lo quemaron vivo en plena calle.
El responsable policial del distrito de Swat, Zahidulá Jan, ha proporcionado este informe y anunciado el inicio de una investigación al respecto, según declaraciones recogidas por el diario ‘Dawn’. En declaraciones adicionales al portal de noticias The News, el oficial identificó al individuo como oriundo de la ciudad de Sialkot, en la vecina provincia de Punyab.
Mientras tanto, se ha ordenado el despliegue de refuerzos policiales en el municipio para controlar la situación.