México.- Caminas por la calle, el sol brilla, la gente se apresura… pero algo no está bien. Sientes un ligero cosquilleo en la garganta, como si tragaras arena. Tus ojos pican un poco y te cuesta respirar hondo. ¿Te suena familiar? Si vives en una ciudad, es probable que la mala calidad del aire esté afectando tu salud, especialmente tus pulmones y corazón.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) detalla que la contaminación del aire es uno de los mayores riesgos ambientales que existen para la salud. Se estima que en 2019, la contaminación del aire ambiental provocó en todo el mundo 4,2 millones de muertes prematuras.
¿Qué hay en el aire que respiramos en las ciudades?
El aire que respiramos en las ciudades está contaminado con una mezcla de partículas nocivas, como:
- Material particulado (PM): pequeñas partículas sólidas o líquidas que pueden ser inhaladas y depositarse en los pulmones. El PM2.5, un tipo de PM particularmente fino, es el más preocupante, ya que puede penetrar profundamente en los pulmones y el torrente sanguíneo.
- Ozono (O3): un gas irritante que se forma a partir de la reacción entre los óxidos de nitrógeno y los compuestos orgánicos volátiles (COV).
- Dióxido de nitrógeno (NO2): un gas emitido principalmente por los vehículos de combustión interna.
- Monóxido de carbono (CO): un gas incoloro e inodoro que se produce por la combustión incompleta de combustibles fósiles.
¿Cómo afecta la mala calidad del aire a mis pulmones?
Según información publicada en The Conversation, los efectos sobre nuestra salud de la contaminación del aire son adversos y diferentes dependiendo del tipo de contaminante, de su concentración, del tiempo de exposición y de las características individuales de la persona expuesta.
De esta manera, la exposición a la mala calidad del aire puede tener una serie de efectos negativos en la salud , incluyendo:
- Irritación de las vías respiratorias: puede causar tos, dolor de garganta y dificultad para respirar.
- Exacerbación de enfermedades respiratorias: como el asma, la bronquitis crónica y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
- Reducción de la función pulmonar: puede dificultar la respiración y hacer que te fatigues más fácilmente.
- Aumento del riesgo de infecciones respiratorias: como la neumonía.
- Desarrollo de enfermedades cardiacas: la exposición a largo plazo a la mala calidad del aire puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
- Cáncer de pulmón: la exposición a largo plazo a la mala calidad del aire es un factor de riesgo de cáncer de pulmón.
¿Qué puedo hacer para proteger mis pulmones del smog?
Si bien, no podemos controlar la calidad del aire en general, sí podemos tomar medidas para proteger nuestra salud:
- Reducir la exposición al aire contaminado: Evita las actividades al aire libre durante los días con altos niveles de contaminación. Si debes salir, usa una máscara protectora.
- Mantente informado sobre los niveles de contaminación del aire: Muchas ciudades tienen programas de monitoreo de la calidad del aire que puedes consultar en línea o en aplicaciones móviles.
- Utiliza transporte público, bicicleta o camina: Reducir el uso de vehículos de combustión interna ayuda a disminuir la contaminación del aire.
- Deja el cigarro: Fumar es uno de los principales factores de riesgo de enfermedades pulmonares.
- Mantente hidratado: Beber mucha agua ayuda a mantener las vías respiratorias húmedas y a eliminar las mucosas.