México.- Durante la noche de este lunes, entró al Sistema de Emergencia un reporte sobre un hombre que se había caído y no podía levantarse del suelo, debido a que su peso supera los 300 kilos. Al lugar acudieron Bomberos y Policías Municipales de Torreón, Coahuila para auxiliar al afectado y a la esposa, quien había realizado la llamada.
El rescate requirió la intervención de Bomberos y Policías Municipales, quienes movilizaron entre 10 y 15 hombres en la colonia Loma Real de Torreón para poder reincorporar al individuo a su cama. Posteriormente, paramédicos de la Cruz Roja Mexicana evaluaron su estado de salud, constatando afortunadamente la ausencia de lesiones graves.
Ahora, él y su esposa piden ayuda atravesar esta situación. Claudio de 51 años de edad, solía desempeñarse como taxista hasta que en 2005, en un intento de asalto, sufrió un fuerte accidente automovilístico que le provocó una lesión en su pierna.
Lo anterior lo mantuvo inmóvil por mucho tiempo y fue ahí que comenzaron sus problemas, dejándolo postrado y desencadenando una serie de complicaciones físicas.
«Debido a ese accidente se vino mucho tiempo de mucha inactividad de mi parte por que ya no podía utilizar mi pierna como era (…) Cada día se suman más problemas físicos, como la hipertension», recuerda Claudio.
Tras perder la movilidad en una pierna, Claudio se reinventó como técnico en reparación de celulares, labor que realiza desde su hogar. Sin embargo, su situación se ha vuelto cada vez más precaria en los últimos dos años, dependiendo completamente de su esposa, Josefina Ramírez Pérez.
Josefina, quien también trabaja en el taller y cuida a su sobrino de cuatro años que, desde bebé les fue dejado a su cuidado por su madre, clama por ayuda:
«De plano ya no se puede casi mover, se arrastra con una silla. La mera verdad, yo sí necesito ayuda, que me ayuden con él, más que nada a encontrar un sitio donde puedan atenderlo».
La búsqueda de asistencia ha sido ardua, pues en los centros especializados en pérdida de peso han rechazado su caso debido a las limitaciones de sus instalaciones.
Josefina Ramirez Pérez es quien lo atiende desde que su situación empeoró hace dos años, además de trabajar en el taller y cuidar a el pequeño de 4 años también tiene otros trabajos para poder subsistir.