Estados Unidos.- El presidente, Joe Biden, y el expresidente Donald Trump harán una visita la frontera sur de Estados Unidos el jueves 29 de febrero, para intentar sacar provecho político del sistema de inmigración en el país, de cara a su previsible revancha en las próximas elecciones.
Biden viajará a Brownsville, Texas, en Rio Grande Valley, zona que registra un gran número de cruces en la frontera, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre. El mandatario se reunirá con agentes fronterizos y hablará sobre la necesidad de una ley bipartidista. Se trata de su segunda visita a la frontera como presidente, luego de viajar a El Paso, el año pasado.
“Quiere asegurarse de transmitir su mensaje ahí al pueblo estadounidense”, señaló Jean-Pierre.
Donald Trump se dirigirá a Eagle Pass, Texas, a 520 kilómetros de Brownsville —otro punto de fricción entre el estado y el gobierno federal sobre la seguridad fronteriza—, de acuerdo con tres personas que hablaron con The Associated Press a condición de guardar el anonimato para hablar sobre los planes.
En declaraciones en Nueva York, este lunes, Biden dijo que había planeado viajar a la frontera el jueves y no sabía que “mi buen amigo aparentemente irá” también. La Casa Blanca hizo su anuncio después de que se informara sobre el viaje que Trump planea efectuar. El presidente no dijo si se reunirá con migrantes en su recorrido.
Las visitas ponen de manifiesto el papel central de la inmigración en la contienda presidencial de 2024, para los republicanos y cada vez más para los demócratas, luego de que se echaron abajo las negociaciones en el Congreso sobre un acuerdo para frenar la inmigración ilegal.
Biden ha criticado a los republicanos por abandonar el acuerdo fronterizo bipartidista después de que Trump se opusiera al plan de endurecer las restricciones al asilo y establecer límites diarios a los cruces fronterizos, mientras Trump ha insinuado que los inmigrantes están envenenando la sangre de los estadounidenses.
Los migrantes que cruzan la frontera de Estados Unidos de forma ilegal ha incrementado durante años por razones como el cambio climático, guerras y disturbios en otras naciones, la economía y los cárteles, que ven la migración como una fuente de ingresos.
El gobierno de EU ha combinado restricciones en la frontera con un incremento en las vías legales para recibir a los migrantes, diseñadas para que las personas lleguen en avión y con patrocinadores, no a pie y de manera ilegal a la frontera; sin embargo, la política actual permite que los inmigrantes soliciten asilo independientemente de su forma de llegada.
El equipo de campaña de Trump dice que el plan de Biden de visitar la frontera es un indicio de que el presidente está a la defensiva en materia de inmigración y que el tema es un problema para su intento de ser reelegido. Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la campaña de Trump, dijo que Biden está detrás de Trump en las preferencias electorales y es responsable de la “peor crisis de inmigración en la historia” de Estados Unidos.
El equipo de campaña de Biden acusa que son los republicanos de la Cámara de Representantes los que están a la defensiva.
Mientras sigue criticando a los republicanos por la inacción legislativa, Biden pretende aplicar medidas como invocar las facultades previstas en la Sección 212(f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, que otorga al presidente
amplio margen de maniobra para bloquear la entrada de determinados inmigrantes a Estados Unidos si ello fuera “perjudicial” para el interés nacional.
Pero sin cambios a la ley, cualquier decreto emitido por el gobierno que adopte medidas enérgicas para frenar los cruces fronterizos probablemente será impugnado en los tribunales.
“No hay ningún decreto que hubiera hecho lo que habría logrado la propuesta bipartidista del Senado”, subrayó Jean-Pierre. “La política se interpuso en el camino”.