Estas escenas han logrado de todo, desde recuerdos traumáticos en los fans hasta reclamos por parte de grupos religiosos, pasando por recortes para lograr atraer más audiencia y lograr otra clasificación.
A continuación, varios de los momentos más tenebrosos en películas de Disney.
Mención honorífica: El Doctor loco (1933)
Este corto de la casa del ratón no es muy recordado, sobre todo porque fue censurado en varios países poco después de su lanzamiento. La razón para que permaneciera oculto es que se trató de un verdadero espectáculo del horror.
En él, vemos cómo el siempre querido Mickey es víctima de una serie de macabros experimentos a manos de un científico loco. Una de estas pruebas era hacer que el roedor viera cómo la cabeza de su perro Pluto era puesta en el cuerpo de una gallina para comprobar si saldrían cachorritos de los huevos de este Frankenstein animal (nada aterrador, ¿no?).
Actualmente, el mini filme es una de las poquísimas obras de Disney que pertenecen al dominio público.
Desfile de elefantes rosas – Dumbo (1941)
Esta secuencia ha dado mucho de qué hablar por años. Mientras algunas personas piensan que estuvo inspirada en la obra de Salvador Dalí, quien ganó mucha popularidad en aquella época, otros opinan que su inclusión se dio para plantar un claro mensaje en la mente de los pequeños: no consuman alcohol.
Si bien nunca sabremos a ciencia cierta el por qué de su aparición dentro de la cinta animada, una cosa es segura y eso es que puede resultar aterradora para los niños, ya que no hay muchos aspectos amigables en un grupo de paquidermos que danzan al ritmo de una melodía deprimente con voces graves y transformándose en figuras con colmillos y sombras en los ojos.
El bosque de Blanca Nieves y los siete enanos (1937)
Llega un momento en el que, por orden de la reina, el cazador lleva a Blancanieves al bosque oscuro para matarla. Eventualmente, el hombre le perdona la vida a la bella princesa y le aconseja huir.
Ella hace esto, pero en su camino se encuentra con escalofriantes árboles parlantes, un búho que resulta más tenebroso y una oscura ambientación que no ayuda en nada. Como de casa embrujada. Tal cual.
La muerte de la mamá de Bambi – Bambi (1942)
Durante un paseo por la nieve con su hijito, la madre del ciervo protagonista muere a tiros por un despiadado cazador.
Por si esto no fuera ya sumamente deprimente, a esto le sigue un momento en el cual el pequeño venadito acude apresuradamente a tratar de rescatar a su progenitora, sin éxito, pues su cuerpo yace sin vida (con todo y sangre derramada, sobra decir) en el suelo, cuestión que entristece sobremanera al pequeño animal.
Otra secuencia que marcó la vida de muchos que, hasta la fecha, recuerdan sentirse destrozados al ver la cinta. ¿Quieren otra prueba de su impacto? Paul McCartney le atribuye su veganismo al insoportable dolor que sintió cuando atestiguó el amargo momento de despedida.
Conociendo al gato Cheshire – Alicia en el país de las maravillas (1951)
Otro caso de una película de Disney que, al estar basada en las historias de Lewis Carroll, está repleta de elementos creepy. Sin embargo, uno que destaca es la aparición del gato risón.
En realidad, un felino de colores con una gran sonrisa desquiciada y ojos amarillos que tiene la habilidad de deshacerse en el aire y que habla con voz excesivamente relajada no parece un personaje digno de película animada, pero ahí está. La versión CGI / live-action del remake de Tim Burton resulta igual de tenebrosa.
El ejército de esqueletos en El caldero mágico (1985)
Considerado por muchos como el largometraje más oscuro de la compañía del castillo. Y uno de los aspectos mejor recordados de su historia es la inclusión del rey Cornudo.
Se trata de un ente sin rostro que posee un ejército de esqueletos por demás aterradores. La película tenía escenas tan intensas que tuvo que ser recortada antes de que se permitiera su liberación en salas.
La muerte de Mufasa – El Rey León (1994)
Cuando el malévolo Scar deja caer al rey hacia la estampida que acaba con su vida, Simba se acerca al cuerpo de su padre para llorar su partida.
Entonces, aparece su tío, quien intenta culparlo por el deceso y le aconseja huir y nunca regresar. Sin duda, un momento excesivamente melodramático que daba a entender que muchas veces, hasta en las mejores familias, el mal está al acecho. Todo acentuado por la sombría voz de Jeremy Irons. Pesadillas aseguradas.
El bebé araña – Toy Story (1995)
De acuerdo, lo cierto es que casi todas las creaciones de Sid Phillips con partes desechadas de juguetes son bastante espeluznantes. Pero si hay un momento que causa genuino horror es cuando Babyface comienza a acercarse a Woody con su tuerto rostro, cabello rapado y, por si esto no era suficiente… patas mecánicas de araña.
Dentro de la película, nos damos cuenta de que, a pesar de su aspecto macabro, tiene buenas intenciones. Aunque sin duda, muchos niños debieron sentirse aterrados cuando lo vieron por primera vez en 1995. Curiosamente, ahora hasta se venden figuras de radiocontrol del personaje. ¿Lo comprarían?
El deseo de Frollo – El jorobado de Notre Dame (1996)
La adaptación con dibujos a la novela homónima de Victor Hugo estuvo sujeta a mucha controversia. En dicha escena vemos al juez Frollo —el fanáticamente religioso ministro de justicia de Paris que se hace cargo de Quasimodo— debatirse entre su lujurioso deseo por la gitana Esmeralda y su devoción a lo relacionado con la iglesia.
El fragmento, acompañado de la canción “Hellfire”, no fue muy bien recibido por muchos padres de familia y grupos cristianos. Estos calificaron la inclusión de temas como la culpa y la atracción sexual como inapropiados para el público infantil. Si se piensa a fondo, el hecho de que una cinta cuyo mayor mercado era el de los niños contenga un número musical en el que un líder político fantasea con la silueta de una mujer bailando sensualmente frente a una fogata resulta bastante perturbador.