Ciudad de México.- Christian Nodal está sufriendo el precio de su rebeldía, el cantante de 24 años sigue en el proceso de quitarse los tatuajes de su rostro, pues quiere que su hija, fruto de su relación con la rapera argentina Cazzu, que nacerá próximamente, lo conozca con su «cara limpia», por lo que desde hace meses comenzó con un largo y doloroso proceso para borrarse dichos tatuajes.
«En estos momentos me estoy quitando los tatuajes de la cara, es un proceso doloroso, aunque me gustan los tatuajes y voy abrir muy pronto un tattoo shop en Los Ángeles, me gustaría que mi hija conozca mi cara. Esos tatuajes formaron parte de una etapa de mi vida que ya pasó. Siempre hago lo que nace del corazón», explicó entonces.
En mayo, el cantante, que sigue en su exitoso Foraji2 Tour, compartió en entrevista en el programa venezolano «Escuela de Nada», lo doloroso y tedioso que estaba resultando el procedimiento para eliminar los tatuajes en esa parte de su cuerpo: «A mí me dolió muchísimo más (quitármelos) que ponérmelos; lo bueno es que es menos tardado el dolor, me tardó como quince minutos», relató entre muecas de dolor al recordar.
Aunque aún le faltan varias sesiones a Christian Nodal, para que desaparezcan los tatuajes que se hizo en la cara, los cambios ya son notables; recordemos que el intérprete de «Botella tras botella» se tatuó la palabra Beli, la cual se hizo en honor a su relación con Belinda, y fue sustituida por unas cartas de poker; la palabra Utopía, nombre de un disco de su ex, fue cambiado por unas flores que están en proceso de eliminación.
El tatuaje que se hizo de los ojos de la cantante de “Sapito” no será borrado, sólo fue modificado por el diseño de unas alas; además del rostro, Nodal tiene otros tatuajes en el cuerpo, como la palabra revolución en los dedos de las manos, al igual que una luna, un ojo, una rosa, una cruz, una herradura, una calavera, el cactus y el sol.
En el pecho luce una rosa de los vientos, que simboliza que lo guía el alma; en el cuello se lee el nombre de uno de sus discos “Me dejé llevar”, mientras que en las muñecas tiene un alambre de púas, que significa ‘no dejar pasar a las personas que no deben de estar’; también se observa la palabra ahora por la importancia del momento, además de unas aves, cinco estrellas que simbolizan su familia, y una llave para «abrir puertas».
Con información de El Universal.