Chihuahua. Chih.- El pasado 3 de marzo se conmemoró el Día Mundial de la Vida Silvestre. Aquí en la capital del estado, una de las especies más conocidas son las palomas, las cuales suelen habitar en puentes y edificios y suelen frecuentar parques y zonas cercanas a alimentos que generalmente les proveen los humanos.
En la Plaza de Armas, por disposición del Ayuntamiento, ya no se puede alimentar a estas aves, pues según se lee en avisos colocados en esta zona, esto puede alterar su desarrollo y hábitos naturales, además está respaldado por la Ley de Equilibrio Ecológico y Protección al Medio Ambiente y Cambio Climático del municipio de Chihuahua.
Las palomas se consideran una especie parásita, ya que buscan el beneficio para sobrevivir directamente de los humanos. Se reproducen exponencialmente como plaga, pues sin depredadores en su entorno y con alimento en abundancia, pueden vivir hasta 15 años y tienen crías hasta 6 veces al año con dos pichones por camada, lo que daría un total aproximado de 180 vástagos por ave a lo largo de su vida, esto provoca que otras especies sean desplazadas por falta de espacio.
Entre los daños a la salud, las heces de las palomas, al evaporar, liberan hongos cryptococcus, responsables de infecciones pulmonares y del sistema nervioso central, o enfermedades gastrointestinales como salmonelosis; portan ácaros y garrapatas que pueden picar a los humanos.
Además, los excrementos de las palomas son altamente corrosivos, lo que ocasiona daños en paredes de edificios, monumentos y en el mismo suelo.
En abril del 2016, la entonces administración municipal recurrió a dos halcones para controlar la sobrepoblación de las palomas, el objetivo no era exterminarlas, sino ahuyentarlas, pues se consideran una plaga, sin embargo, solo un mes después, fue suspendido el programa al no obtener resultados.