Chihuahua, Chih.- La Diócesis de la Tarahumara tiene identificados mil niños con desnutrición, algunos con problemas de anemia y en riesgo de muerte.
El problema se agudiza en los municipios de Batopilas, Guachochi, así como Guadalupe y Calvo.
La lista ya se entregó al gobierno del estado con la esperanza de que habiliten comedores comunitarios.
Cuando se acerca la temporada de calor suelen acabarse las reservas de papa, frijol y maíz.
El vicario de está diócesis, Héctor Martínez Espinoza fue hasta el congreso para ofrecer una plática sobre la realidad que se vive en la sierra y expuso que para los rarámuris “las carreteras son víboras de concreto que devoran a sus hijos”.
La frase dejó helados a los presentes, pues es una crítica a la política pública que intenta llevar supuesta “modernidad” a la montaña cuando ni siquiera hay que comer.