México. Lo que parecía imposible, es una realidad: Andrés Manuel López Obrador y el pan lograron unirse. Y es que, en el marco de la conmemoración del inicio de la Independencia mexicana, una panadería de Cholula, Puebla, fue la responsable de uno de los inventos culinarios más llamativos en redes sociales: la “pejeconcha”.
En internet comenzó a circular la imagen de este típico pan dulce mexicano, pero con un peculiar distintivo: la cara del jefe del Estado mexicano, López Obrador, portando la banda presidencial. La encargada de su realización fue la panadería La Herencia JD, que a través de sus redes sociales compartió su más reciente creación.
Además, como parte de los festejos conmemorativos, también crearon la concha patria, con los colores y el escudo de la bandera mexicana. Mientras que la concha patria tiene un costo de 15 pesos, la “pejeconcha”, también llamada “conchamlo”, alcanza un valor de 30 pesos, por ser equivalente a dos conchas de tamaño normal.
La imagen llegó a ser compartida a través de Instagram por la esposa del mandatario federal, Beatriz Gutiérrez Müller, aunque no comentó al respecto.
Por su parte, la panadería poblana no sólo se quedó ahí, pues también hicieron conchas con la imagen de los héroes de la independencia, como José María Morelos y Pavón, Josefa Ortiz de Domínguez, entre otros.
Dicha panadería se ha caracterizado por plasmar personajes de la cultura popular en el pan dulce, como los superhéroes Batman, El hombre araña, Hulk, Capitán América o Grogu, también conocido como Baby Yoda. Incluso personajes como Snorlax, de Pokémon o Totoro, de la película animada japonesa Mi vecino Totoro (1988) han personificado sus panes.
Otra de sus creaciones ha sido la concha-tuna, con forma y rellena de tuna o las conchas conmemorativas de la ciudad de Cholula.
La concha es un pan típico mexicano en forma de semiesfera, el cual se cubre con un preparado de azúcar glass y manteca, clásicamente de chocolate y vainilla simulando la forma de una concha marina. Sin embargo, en los últimos años se han popularizado diversas versiones de dicho pan, conjugando varias formas y sabores.
La historia del pan dulce en México tiene sus orígenes con la llegada de los españoles al continente americano, y con ellos, el trigo, aunque múltiples historiadores sostienen que en sus inicios en tierras americanas, el pan se elaboraba con cereales como el amaranto, el maíz o el mezquite.
Sobre la llegada del trigo, se cuenta que fue un esclavo africano de Hernán Cortés, de nombre Juan Garrido, quien llegó a México con tres semillas de trigo en una bolsa de arroz, los cuales decidió sembrar en la Rivera de San Cosme, hoy en día San Hipólito, de las que sólo una logró germinar.
Una vez instaurada la Nueva España, los peninsulares arribaron con los primeros molinos de semillas, con los que comenzaría la tradición panadera en el territorio mexicano. Al principio sólo se elaboraba pan blanco, generalmente duro, por lo que la población nativa no lo aceptó rápidamente; en su lugar, priorizaban el consumo de tortilla y otros alimentos de maíz.
Fue hasta el siglo XVII, con la llegada de los primeros franceses, que el pan comenzó un proceso de transformación. Por un lado, el panadero Camille Pirotte inventó el pirote, que dio paso al bolillo, mientras que el brioche francés se convirtió en el bizcocho mexicano y otros panes dulces, como la concha.