Viernes 15 de abril, Viernes Santo; este día se recuerda cuando Jesús muere en la cruz para salvar del pecado y dar la vida eterna al mundo. El sacerdote lee la Pasión de Cristo en la liturgia de la adoración a la cruz y este día no se celebra la santa misa.
En las iglesias, las imágenes se cubren con una tela morada al igual que el crucifijo, debido a que el color morado en la liturgia de la iglesia significa luto; y el sagrario está abierto en señal de que Jesús no está.
Aunado a esto, la imagen de la Virgen se viste de negro, en señal de luto por la muerte de su hijo.
Este día la iglesia manda a guardar el ayuno y la abstinencia; se acostumbra rezar el Vía Crucis y meditar en las siete palabras de Jesús en la cruz.
Se participa en la liturgia de adoración a la cruz con mucho amor, respeto y devoción, ya que se trata de acompañar a Jesús en su sufrimiento. A las tres de la tarde, se recuerda la crucifixión de Jesús rezando el credo.
El viacrucis es una manera de recordar la pasión de Jesús y de revivir con él y acompañarlo en los sufrimientos que tuvo en el camino al calvario. Se divide en catorce estaciones que narran, paso a paso, la pasión de cristo desde que es condenado a muerte hasta que es colocado en el sepulcro.
El Vía Crucis se reza caminando en procesión, como simbolismo del camino que tuvo que recorrer Jesús hasta el Monte Calvario.
Esta costumbre viene desde finales del siglo V, cuando los cristianos en Jerusalén, se reunían por la mañana del Viernes Santo a venerar la cruz de Jesús, y volvían a reunirse al empezar la tarde para escuchar la lectura de la pasión.